jueves, 27 de marzo de 2008

Dante según Liszt

Liszt ha sido uno de los compositores que más ha volcado al papel pautado su atracción desmedida por el arte italiano. Recordemos sus inspiraciones sobre los sonetos de Petrarca, las telas de Rafael de Urbino, la escultura de Miguel Angel, el agua de la Villa d’Este o la Divina Comedia de Dante Alighieri. Hacia este último se acercó primero con una Sonata para piano y posteriormente amplió miras con una Sinfonía (Eine Symphonie zu Dantes Divina Commedia).

Esta Sinfonía, como es habitual en el autor, es música programática, descriptiva, más cercana al Poema Sinfónico que tanto y tan bien desarrolló durante su vida.

Originalmente Liszt quiso crear un movimiento para cada sección de La Divina Comedia: Inferno, Purgatorio y Paradiso. Pero el dedicatario de la obra y futuro yerno, Richard Wagner, le convenció para que evitase musicar el Paradiso, pues un mortal sería incapaz de hacerlo con dignidad. Liszt, cauto, optó por sustituir el movimiento por un Magnificat para soprano y coro femenino que pone broche final a la sinfonía en un ambiente de relajación y sosiego. Final que en una segunda versión cerraría con un pasaje en fortissimo, radicalmente alternativo al original. La Sinfonía fue estrenada bajo su dirección en 1857 en Dresde.

Como audición propongo en primer lugar la parte final del Inferno (Tempo primo, allegro, alla breve), movimiento de estructura ternaria. Cuando superada la escena del trágico amor de Francesca y Paolo, vuelve el tema descendente del comienzo en las desgarradoras cuerdas y el coro de trombones entre timbales se torna turbulento y oscuro, blasfemo y sardónico en palabras del propio Liszt, fuertemente cromático en sus contraste dinámicos, cual ulular de un viento que impregna todo de un atmófera sulfurosa:

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Ahora el comienzo del segundo movimiento, Purgatorio, (Andante con moto quasi allegretto. Tranquillo assai) sección mucho más tranquila y reflexiva, ambiente más respirable y cargada de contricción en los redentores acordes de las maderas, desde donde surje un canto lírico:

Budapest Symphony Orchestra / György Lehel


Ilustraciones de Miquel Barceló para La Divina Comedia

1 comentario:

pfp dijo...

Salgo de esta atm�sfera "sulfurosa" del primer movimiento de la sinfon�a de Liszt sobre la Divina Comedia que por supuesto NO CONOC�A para darte las gracias otra vez por t� dedicatoria, y por todo lo que cuelgas en este magn�fico blog, y como lo explicas, no todo el mundo tiene el don y la generosidad de compartir. Un fuerte abrazo