jueves, 16 de julio de 2009

Sir Giulio Cesare

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El pasado martes llegó uno de los momentos más esperados del Festival Via Stellae 2009: la interpretación, en concierto, de la impresionante ópera maestra de GF Händel. Tras el inicial descalabro en el elenco vocal, finalmente entre apuros quedó configurado éste con nombres de prestigio y, a priori, suficientes garantías.
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La afamada Orchestra of the Age of Enlightenment, bajo la batuta de Laurence Cummings, comenzó atacando la maravillosa y solemne obertura francesa de la obra con ligereza y unos tempi fulminantes (como si tuviesen prisa); sin duda un exceso, pues la partitura demanda una grandiosidad pausada y una fastuosidad dignas del más celebrado de los generales de Roma. Fue una primera impresión que marcó todo el devenir de la historia: ligereza y cierto tinte bufo, vivacidad apresurada, fugacidad aérea, agilidad vaporosa, belleza sin calorías. Personalmente prefiero un contexto más reposado y regio, de más enjundia y sustancia aunque pueda transitar por la pesadez.


Minkowski - Obertura

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El sonido de la orquesta es enormemente atractivo y rico, subyugante, brillante, atrayente, de pujantes ataques y embelesador fraseo en las cuerdas, con algunos reparos evidentes, sin duda demérito del director, como un cierto halo académico, cortés, correcto, inglés, justa en matices y texturas, y un escaso control de los tempi, en contraste con lecturas referenciales, más vivas y mágicas, digamos que más latinas (sirva de ejemplo el Händel de Sardelli de hace pocos días). Mejor en las arias lentas, líricas, pausadas, amplias de melodía, quejumbrosas, donde el envolvente orquestal subía muchos enteros. A destacar la masa de violines de perfecta conjunción eufónica, y el entonado solo de trompa obligado en “Va tacito”.
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Vocalmente comenzaremos por el lado egipcio donde, a mi parecer, estuvieron las más altas gratificaciones:
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CleopatraRoberta Invernizzi ( sustituía a Danielle de Niese) fue una de las triunfadoras de la velada por su exquisito fraseo lírico, sus límpida coloratura, y por sus características vocales en las que el heterogéneo color va de serie. Impresionante y muy emotiva en su conmovedora aria “Se pietà di me non senti”. Muy braveada.
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TolomeoChristophe Dumaux – sutil, liviano, aéreo, cristalino, con ese toque de enajenación que es consustancial al sanguinario rey de Egipto, como demostró ya en su primera intervención “L’empio, sleale, indegno”. Un Tolomeo de manual. Braveado.
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AchillaGuido Loconsolo – una potente y redonda voz de bajo-barítono con un plus de agilidad muy apto para este repertorio. Muy ovacionado.
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Giulio CesareRomina Basso (sustituta de Sarah Connolly) una mezzo que adoro por su belleza dramática y su precioso timbre oscuro, de canto bello y ligado, pero que no llegó a dar la talla completa del general romano resultando algo linfático. Especialmente en el heroico primer acto le faltó grandeza y esplendor, con un “Empio, dirò, tu sei” algo plano y un “Va tacito e nascosto” oculto tras la orquesta, unido además a una dicción imposible y una falta de agilidad en la zona grave de la tesitura. A partir del mucho más lírico segundo acto fue remontando el vuelo vocal hasta cotas de gran belleza, ganando en claridad, coloratura y fortaleza, marcándose un muy creíble “Al lampo dell’ armi” y un dúo final con su amada Cleopatra “Bella più ambalibe beltà” muy consistente. Braveada.
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CorneliaPatricia Bardon – una cantante con oficio y una amplia y potente voz para un papel dotado de hermosas arias, que leyó de forma harto emotiva derramando color y armónicos. Ovacionada.
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SestoRowan Hellier – (la cover de Stephanie D’Oustrac) tuvo un primer acto muy decepcionante: emisión forzada, voz delgada y árida, apreciable vibrato, ofreciendo una “Cara spemme” nerviosa y descontrolada, y enturbiando el precioso dúo con Cornelia que cierra el acto primero “Son nata a lagrimar”. También subió enteros en el segundo acto, atacando un estimable “L’angue offeso mai riposa”, pero dejando al final un mediocre resultado en su última aparición. Aplausos de cortesía.
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NirenoRachid Ben Abdeslam – contratenor muy ligero y pesadamente bufo. Ovacionado por la parte del respetable que gusta de estas facetas.
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CurioAlex Ashworth – cuyo mínimo papel impide la cata vocal.
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Un Giulio Cesare todavía capitán de lanceros bengalíes tomando té a las cinco; muy estimable pero sin magia ni calado, escaso de proteínas: faltó testosterona latina con mando en plaza. Se esperaba la excelencia y calificaron con sobresaliente. Uno tiene sus manías…

. La hermosa aria de Cleopatra:

'Se pietà di me non senti'
Barbara Schlick / Concerto Köln / Jacobs

. La fantástica aria de GC con trompa obligada:

'Va tacito e nascosto'
Jennifer Larmore / Concerto Köln / René Jacobs

7 comentarios:

Mei dijo...

¡Qué pena tantas sustituciones...! Creo que te hubiera gustado la Connolly, es un gusto oírla en ese papel...

De todas formas aunque no se llegara a la excelencia, según tu parecer, no deja de ser una función enviable...

H. dijo...

No le hagan ni caso, que la Basso estuvo espléndida, sensualísima, erotiquísima, MARAVILLOSA.
Y de qué pena de sustituciones nada: La De Niese no puede igualar a la Invernizzi ni en sus más tórridos sueños eróticos; y qué queréis que os diga, habiendolas escuchado en directo a las dos, entre Basso y Connolly, para Julio César me quedo con la Basso.
En el resto, básicamente de acuerdo.
Sobre el contratenor que hacía el Nireno, si esto te pareció exageradamente bufo (al fin y al cabo es el único personaje 'simpático' de la obra), no dejes de ver lo que hace Dominique Visse, toda una caricatura.

Joaquim dijo...

Yo también creo que es una lástima que os quedarais sin la Connolly y la De Niese. El vídeo de Glyndebourne me entusiasman ambas.
Sin duda del Giulio Cesare, por fortuna podemos hacer mil y una combinaciones ya que disponemos de cantantes excelentes para defender los diferentes roles.
En otros repertorios no estamos tan surtidos.
Me alegro, que a pesar de la cierta decepción que se trasluce, disfrutaras.

Titus dijo...

Yo voy a dar la razón a ambas partes: lamento que no pudiéseis disfrutar de la Connolly pero creo que salísteis ganando con la sustitución de De Niese.

Barbebleue dijo...

¡Ay, Hugo! tú sí que tienes sueños tórridos con la Basso; preciosa por cierto. ¿Qué tal si le damos el papel de Sesto y todos contentos?

Visto lo escuchado, estoy con Titus: hubiese preferido yo también a Connolly como GC, pero no a De Niese (otro bombón) como Cleopatra.

Hmmm, perdón por los calificativos femeninos, pero como escasearon los andrógenos...

Carlos dijo...

Hoy sí que estoy de acuerdo en casi todo lo que dices. Efectivamente, en mi opinión, lo mejor de la Invernizzi fue el Se pietá. El piangeró creo que quedó muy lejos de el la Kermes en la inauguración de hace dos años. El contratenor francés ya había ofrecido un concierto notable con Ophelíe Gaillard en Bonaval. La Basso tampoco me convenció en el primer acto, además de afectadísima en todos los sentidos.
Mejoró en el tercero. Eso sí, no entiendo porqué no se cantó el L'aura che spira de Sesto.
La orquesta y el director sí que me gustaron, especialmente en los acompañamietos de las arias lentas, aunque quizá si faltaba cierta gravedad en algunos momentos. De todas formas, volviendo a la polémica anterior, estos sí afinaban, incluídas las trompas, no como lo que tuvimos que aguantar en el principal.
Y no digamos nada del decepcionante concierto de Curtis!!!!
Un saludo.

Barbebleue dijo...

Carlos, me alegra coincidir aunque no siempre sea conveniente.

La perfectísima afinación no siempre es sinónimo de belleza, salvo para los músicos y su oído analítico...

Salu2