sábado, 29 de junio de 2013

Larghetto (de Spohr)


Larghetto es un tempo musical ligeramente más rápido que el Largo, pero más lento que el Adagio. Siendo el Largo el tempo más lento en música clásica, resulta evidente que el Larghetto atesora una pacífica sensación de contemplación y unos aires meditativos muy adecuados para movimientos intermedios de obras especialmente dinámicas. Así lo podemos sentir en el segundo movimiento del Cuarteto para Cuerda N. 27 en re menor op 84 n.1 de Louis Spohr.

Louis Spohr (1784-1859) vivió literalmente desde la cuna la gran oleada de Cuartetos de Cuerda surgidos de la primera escuela de Viena. Vino al mundo en el tiempo en que FJ Haydn revolucionaba el lenguaje camerístico con sus obras para esta formación, y Mozart escribía sus partituras dedicadas a su amigo: Haydn. Sería Beethoven y sus impresionantes obras para cuarteto de cuerda quien pondría broche dorado a sus influencias; permaneciendo Mozart como fuente de su mayor inspiración.

Spohr compuso sus tres Cuartetos op.84 entre 1831 y 1832, momento en el cual, fallecidos Beethoven, Weber y Schubert, y con Mendelssohn, Schumann y Wagner todavía sin una gran reputación, llegó a ser considerado el mejor compositor alemán. Su estricto formalismo clásico barnizado por un primer perfume romántico (a la manera de Mendelssohn), si bien ayudaron a su éxito, supuso con el paso de los años una rémora para su supervivencia artística; unido, claro está, a un vuelo estético mucho más raso que el de los ilustres nombres citados. Violinista célebre, fue también director del legendario Theater an der Wien ¿recuerdan Die Zauberflöte?

Tomemos distancia con los problemas diarios gracias al citado segundo movimiento, Larghetto:


(vídeo Barbebleuei)

New Budapest Quartet

2 comentarios:

pfp dijo...

recuerdo Die Zauberflöte, COMO NO¡ y también muy recientemente los cuartetos de Beethoven, junto a mi hermano, en sus últimos días, ojala haya encontrado ese Paraíso¡...

un balsamo Spohr, gracias barbazul

Barbebleue dijo...

no sería un Paraíso para melómanos si no tuviese en su lista de reproducciones esos dos monumentos musicales; pero en este mundo un bálsamo siempre es bienvenido...

un beso