domingo, 31 de julio de 2016

Fantasía Tallis


Thomas Tallis fue uno de los músicos ingleses más importantes del período isabelino. Respetado por igual por católicos y anglicanos, durante el reinado de Isabel I escribió "El Salterio", un conjunto de nueve salmos a cuatro voces, para el arzobispo Matthew Parker.

El tercero de ellos, el "Third Mode Melody", sirvió de idea melódica para la composición de la obra Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis, de Ralph Vaughan Williams (1872-1958). El nombre de Fantasía obedece a la libertad formal para tratar el tema melódico de Tallis.

La partitura fue concebida para cuarteto de cuerda y doble orquesta de cuerda, y es considerada, además de la obra más conocida y difundida de su autor, una pieza clave del renacimiento de la música inglesa en el siglo XX. Estrenada en 1910 en el Festival de los Tres Coros de Gloucester, dirigida por el propio compositor.

Vaughan Williams consigue aunar el lirismo intrínseco del tema con una solemnidad catedralicia, con su juego de ecos y polifonías intensas. Tras la introducción de la melodía principal, el tema es tratado en forma de variaciones, resaltando su carácter en la viola solista, para terminar en el primer violín arropado por el tutti.

Escuchemos la magnífica versión de Eugene Ormandy con su Orquesta de Filadelfia:

(vídeo Denise B)

domingo, 24 de julio de 2016

Concierto para Trombón


Nino Rota (1911-1979) además de niño prodigio en el ámbito musical, es especialmente conocido por ser el compositor de grandes bandas sonoras de películas famosas. Sus colaboraciones con Fellini (La Strada, La Dolce Vita, Amarcord, Ocho y Medio, Roma, …), Visconti (El Gatopardo, Rocco y sus Hermanos), Zeffirelli (Romeo y Julieta) o FF Coppola (El Padrino I y II) están ya por derecho propio en la historia del séptimo arte.

El compositor milanés dejó también escrita abundante música clásica: once Óperas, tres Sinfonías, abundante obra coral, varios Conciertos para solista y diversas partituras de Cámara.

Posiblemente la más conocida e interpretada, por ser una cima del instrumento solista, sea el Concierto para Trombón y Orquesta en Do mayor, escrito en 1966. Dividido en tres movimientos – Allegro Giusto - Lento bien ritmato - Allegro moderato-, la obra es buen ejemplo del estilo de Rota: un elegante neoromanticismo amante de la melodía.

Escuchemos toda la ternura que se puede extraer de este viento metal:

(TheWelleszCompany)

Andrea Conti, trombone
I Solisti Italiani
Marzio Conti, director

domingo, 17 de julio de 2016

Sinfonía número cinco


Para Felix Mendelssohn (1809-1847) fue una obra fallida, en todos los aspectos. La partitura se completó con retraso para las celebraciones del tercer centenario de las Confesiones de Ausburgo en 1830. Fueron cancelados los primeros ensayos orquestales por el rechazo de los músicos. Y a pesar de su estreno en 1832 en Berlín, bajo la dirección del compositor, éste nunca quedó satisfecho de su obra, lo que le llevó a querer destruirla. Todo lo cual motivó su tardía publicación en 1868, años después de la muerte de Mendelssohn, como Sinfonía N.5 en Re mayor "Reforma" op.107, siendo en realidad cronológica la segunda de las cinco Sinfonías del compositor de Hamburgo.

Sin embargo, con el peso del tiempo, fue ganando brillo y valoración. Siendo, como es, una obra académica, donde el genial compositor recoge la gran tradición coral y contrapuntística del Barroco alemán, encabezado por JS Bach, resultan innegables a estas alturas de la historia musical sus indudables méritos.

Entre sus dos descomunales movimientos extremos, cargados de simbolismo religioso y densa escritura, que incluye menciones tan explícitas como el Dresden Amen o el coral “Ein' feste Burg ist unser Gott”, hay cabida para el Mendelssohn más frágil y personal, más de íntimo claroscuro, por tanto, romántico. Especialmente en el Allegro vivace en modo scherzo, y en el cantabile Andante.

Escuchemos dos movimientos de esta hermosa obra fallida: tercero y cuarto.


(vídeos Addaick)

New Philharmonia Orchestra
Riccardo Muti

domingo, 10 de julio de 2016

Mudcrutch


A pesar de su innegable éxito, especialmente en su país natal, nunca he sido un gran seguidor de Tom Petty, el rockero de Florida. Una dilatada carrera desde comienzos de los setenta, le ha convertido en uno de los artistas con más ventas discográficas; no solo con su grupo insignia -Tom Petty and The Heartbreakers- sino también con obras en solitario, como el muy valorado “Wildflowers”, y con abundantes participaciones con otras luminarias del género, como el efímero supergrupo The Traveling Wilburys de finales de los ochenta, formado por Roy Orbison, Bob Dylan, Jeff Lynne, George Harrison y el propio Petty. Todo un pedigree.

(vídeo TravelingWilburys)

Pero el valorado Petty tuvo también unos complicados comienzos. En 1970 uno de sus primeros grupos locales, de corta vida y nulo éxito, se llamó Mudcrutch. En breve plazo el grupo se disolvió dejando apenas un single en el mercado, llevándose a dos de sus componentes a su posterior y exitoso proyecto: los Heartbreakers.

En 2008 Petty relanzó aquel grupo inicial, reuniendo la casi totalidad de la formación original, grabando un larga duración y saliendo de gira por California. Era la resurrección de Mudcrutch.

(vídeo tompetty)

En mayo de este año nos llegaba, en medio de una efectiva y potente campaña publicitaria, la segunda entrega discográfica del grupo: Mudcrutch 2. Desde el ya lejano “Damn the torpedoes” (1979), un vinilo que cría polvo en una antigua estantería, no me detenía con tanta determinación con una obra de Petty, y la verdad es que he disfrutado a lo grande.

Sin tener una personalidad musical apabullante ni demasiado singular, el bajista de Gainesville atesora un oficio que se agradece en estos tiempos de alta volatilidad musical. Sus compañeros de renacimiento secundan plenamente esta artesanía sonora, edificando un disco energético y sobre todo muy sincero.

Cada uno de los componentes aporta un tema, con una cierta deriva hacia el country, pero son las composiciones de tintes dylanianas de Petty -varias cabezas por delante de sus compañeros- los que dan lustre al álbum y lo posicionan hacia aquello que hace décadas se llamó Rock Sureño: potentes guitarreos melódicos sobre sólidas bases rítmicas, y rhythm and blues de fondo.

Es tiempo de revisitar a Tom Petty.

Baladita: “Beatiful Blue”

(vídeo Ani D)

Caña: “Dreams of Flying”

(vídeo Space City Shows)

domingo, 3 de julio de 2016

Divertimento


En los tiempos en los que WA Mozart era un jovenzuelo en Salzburgo, a las órdenes del arzobispo Colloredo, la música de “divertimento” era un mero acompañamiento sonoro para festividades lúdicas. Se trataba de composiciones que no requerían una atenta escucha en algún lugar serio (teatro, iglesia) sino más bien suponían un fondo musical para una comida o una conversación animada, generalmente al aire libre.

Ahora que parece que el verano meteorológico se asienta entre nosotros, es buen momento para traer alguna de estas partituras que, como es norma habitual en nuestro querido compositor, están dotadas de un contenido sensorial y anímico de alto nivel. Una suerte de formidable bálsamo en frasco de cristal topacio.

Recordemos pues el Divertimento en Fa mayor para cuerdas y dos trompas KV 247 escrito en 1776 para la onomástica de la Condesa Antonia Lodron, hermana de su patrono el Arzobispo. Una obra que Mozart tenía en gran estima y sobre cuyo Adagio sobrevuelan las cuerdas solas con un destacadísimo primer violín:


(vídeo barbebleuei)

Academy of Saint-Martin-in-the-Fields Chamber Ensemble